¿Qué son los neutrófilos segmentados?

Los neutrófilos son un tipo de glóbulos blancos o leucocitos que son responsables de la defensa y la inmunidad de nuestro organismo. Estas células inmunitarias forman el porcentaje más alto de glóbulos blancos en el torrente sanguíneo y se clasifican en neutrófilos segmentados y neutrófilos en banda.

Estos se crean y se almacenan en la médula ósea, y circulan en la sangre cuando están maduros, momento en el que reciben el nombre de neutrófilos segmentados.

Los eosinófilos y los basófilos son neutrófilos recién producidos en la médula ósea, para combatir infecciones, los que al madurar también se convierten en segmentados. En todos los análisis de sangre, aparte de medir la cantidad de neutrófilos segmentados, también se mide la cantidad de eosinófilos y basófilos.

Cuando los neutrófilos llegan a la madurez completa, poseen dos o más lóbulos diferentes en su núcleo, es decir, que están segmentados. Este tipo de leucocitos son los primeros en viajar al lugar de la infección, luchando contra los virus, las bacterias y los gérmenes, dando respuesta ante los estímulos inflamatorios. Igualmente, coadyuvan a combatir las infecciones porque engullen los microorganismos y también, porque exudan enzimas que los destruyen. Por ello, se dice que su principal función es la fagocitosis de bacterias y hongos.

Generalmente, los segmentados representan entre el 40 y el 75 % de los glóbulos blancos periféricos.

Valores normales

Los valores normales de los neutrófilos segmentados que circulan en la sangre son de 1600 a 8000 por mm³ de sangre.

Neutrófilos segmentados bajos

En las ocasiones en que hay neutrófilos segmentados bajos, es decir, que existen menos de 1.500 células por microlitro de sangre, estamos ante una afección llamada neutropenia.

Cuando existe neutropenia es muy probable que se origine el contagio de ciertos tipos de infecciones, por ello se recomiendan fuertes medidas de higiene.

La idea de estas medidas es prevenir la propagación de los virus o bacterias, evitando el contacto con personas enfermas. Si tenemos neutropenia, estamos desprotegidos y por ello, estamos vulnerables al contagio de enfermedades.

Por otro lado, enfermedades como la anemia o la leucemia, desencadenan la neutropenia, comprometiendo el sistema inmunológico, por lo que los pacientes pueden necesitar hospitalización y mucho reposo.

Padecimientos asociados a la neutropenia

La neutropenia se puede deber a los siguientes padecimientos:

• Anemias, ya sean aplásica, megaloblástica o ferropénica.
• Leucemia.
• Hipotiroidismo.
• Consumo de medicamentos.
• Enfermedades autoinmunes, como el lupus.
• Cirrosis hepática.

Los bebés de menos de tres meses pueden sufrir de neutropenia, causada por infecciones graves.

Mientras que los niños con síndrome de Down aún estando saludables, tienden a tener neutropenia.

Neutrófilos segmentados altos

Cuando se presentan niveles de neutrófilos segmentados altos, es decir que hay más de 8.000 células por microlitro de sangre, estamos ante una afección llamada neutrofilia.

La neutrofilia es un padecimiento ocasionado por infecciones o niveles de estrés altos, lo que, adicionalmente, muestra que el organismo ha desarrollado una respuesta inmune ante una sustancia extraña.

En muchos casos, cuando el nivel de los neutrófilos está alto, ello indica que la persona posee, por ejemplo, una infección bacteriana o fúngica. Por esto, es importante hacerse análisis sanguíneos para revisar los niveles de segmentados y de ser necesario, consultar con un médico especialista.

Padecimientos asociados a la neutrofilia

La neutrofilia se puede deber a los siguientes padecimientos:

• Infecciones.
• Enfermedades inflamatorias.
• Diabetes Mellitus.
• Uremia.
• Eclampsia durante el embarazo.
• Necrosis hepática.
• Hemorragias.
• Quemaduras.
• Cáncer.

Los bebés recién nacidos pueden sufrir de neutrofilia. La neutrofilia también puede presentarse debido a vómitos frecuentes, ansiedad, estrés, miedo o la práctica de actividad física excesiva.