La esclerosis múltiple es una enfermedad que afecta la médula espinal, de tipo autoinmune. Esta afección causa lesiones en la vaina de mielina, una sustancia que se encuentra alrededor de las células nerviosas.
Dichos daños bloquean o hacen más lentos los mensajes emitidos entre el cuerpo y el cerebro. Por consiguiente, el paciente con el problema experimenta dolores musculares, pérdida de vista, entumecimiento, comezón, mala memoria, entre otros. En las siguientes líneas encontrarás información valiosa sobre lo que hay que saber sobre esta enfermedad.
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¿Qué es la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple se debe a un problema a nivel neurológico que es crónico y autoinmune. Por otra parte, se trata de una patología que causa grandes problemas al cerebro y a la médula espinal.
Los grados de lesión que produce y la mala comunicación que experimentan las neuronas se consideran como algo transitorio. No obstante, suelen durar por períodos de tiempo considerables, en ocasiones hay brotes. A veces se convierten en permanentes.
La enfermedad no incide en las expectativas de vida de quienes la padecen. Sin embargo, se trata de un problema que puede llegar a incapacitar por completo al individuo. Sobre todo, en las personas jóvenes, ya que afecta en diversos ámbitos como social, económico y familiar. La edad promedio de manifestarse es entre los 18 a los 40 años. Siendo las mujeres más propensas para su desarrollo.
Tipología
Existen diversos tipos de esclerosis múltiple, por ello te detallamos un poco al respecto:
Recurrente – remitente
Es la más común y suele afectar a casi el 80% de los casos que existen. Cuando inicia la enfermedad probablemente no se manifieste algún síntoma. Esto puede ser así durante muchos años. El brote del padecimiento es imprevisto, por ello, los síntomas pueden presentarse cuando menos se espera.
Progresiva secundaria
Aparece cuando la incapacidad suscitada es persistente o empeora al reaparecer la enfermedad. Los expertos indican que más del 30% de las personas con la afección, al inicio de la etapa recurrente, experimentan la manera secundaria progresiva. Dicho proceso es caracterizado por una progresión duradera, con remisiones poco importantes y momentos de estabilidad.
Progresiva principal
Este grupo es poco usual, ya que es mínima la cantidad de personas que pertenecen a este tipo. Está caracterizada por la disminución de brotes con inicios lentos, síntomas cada día más fuertes y poco tiempo de remisión.
Progresiva recidivante
Corresponde a una manera atípica, en donde la progresión existe desde el inicio. Asimismo, los pacientes se enfrentan a brotes agudos. En algunos casos, con recuperación y en otros no. Por otra parte, las fases de brotes se reconocen porque se caracterizan por medio de una progresión continua.
Síntomas de la esclerosis múltiple
Diversos estudios concluyen que la genética es primordial en la manera como la persona enfrente el problema. Cuando en una familia está una persona afectada, sus parientes de 1.er grado sanguíneo tienen probabilidades de desarrollarla. Entre los síntomas principales se detallan los siguientes:
- Visión borrosa o doble.
- Cansancio.
- Debilidad en todos los miembros.
- Problemas para hablar.
- Falta de equilibrio o vértigo.
- Sensibilidad o pérdida de fuerza en partes del cuerpo.
- Sensación de entumecimiento y hormigueos.
- Dificultad para coordinar los movimientos o andar.
- Incontinencia urinaria.
Tratamientos recomendados para la esclerosis múltiple
Existen tratamientos complementarios que mantienen controlada la enfermedad. No obstante, dicho padecimiento no tiene cura. Hasta el presente, solo se pueden reducir los brotes y disminuir su progresión. Asimismo, también existen algunas alternativas ideales para poder contrarrestar sus síntomas, como lo son:
Tratamiento modificador del padecimiento
Tiene como propósito que se reduzcan o prevengan los brotes causados por la esclerosis múltiple. Además, es una buena alternativa para impedir o disminuir la discapacidad que resulta de la enfermedad. Se trata de una medicación con principios activos como el acetato de glatiramero, interferón beta 1a e interferón beta 1b. En el caso de que la persona no responda a los fármacos, se recurre a otros tratamientos como el natalizumab.
Tratamiento para los síntomas
Los síntomas experimentados suelen repercutir en la calidad de vida. Por ello, a continuación algunos tratamientos alternativos que ayudan a mitigar los síntomas producidos por la enfermedad.
Fisioterapia
Rutinas de fortalecimiento y estiramiento, son indispensables para darle fuerza a los músculos. Con ello se sentirá el paciente con más energía, y realizará las actividades cotidianas sin tanto esfuerzo. En el caso de debilidad en las piernas, se aconseja el uso de andador, ideal para fortalecer esa zona del cuerpo.
Relajante muscular
La tizanidina y el baclofeno son indicados para minimizar los espasmos y la rigidez muscular.
Otros medicamentos
Existen otros medicamentos que suelen administrarse para los momentos de dolor, disfunción sexual, depresión e inconvenientes intestinales y de vejiga.
Tratamientos para los brotes
Los síntomas de los brotes suelen ser rigurosos, en ellos suelen presentarse síntomas como debilidad, desequilibrio, y pérdida de visión. Los médicos suelen recetar tratamientos a base de corticoides, para conseguir una rápida recuperación. En esos momentos de afección del paciente, es aconsejable que permanezca en reposo absoluto.
La luz solar y la vitamina D
La principal causa de la esclerosis múltiple está asociada con lesiones desmielinizantes y daño axonal del sistema nervioso central. De hecho, un aproximado de 2,3 a 2,5 millones de individuos en el mundo padecen esta enfermedad. Por tal razón, es una afección que ha estado sujeta a estudios constantes.
En ese sentido, los expertos piensan que es primordial exponer de manera habitual al paciente a la luz solar. Debido a que, con la protección adecuada, se conseguirá controlar factores relacionados con el desarrollo del padecimiento y la pérdida de vitamina “D”.
Por otro lado, desde el momento que sea diagnosticada la patología se aconseja visitar periódicamente al neurólogo. De esta manera, se realizará un seguimiento adecuado y será el que indicará los tratamientos indicados para cada fase del padecimiento. La incapacidad que provoca la enfermedad es lenta y progresiva.
En otros casos, también se hace posible que el paciente experimente recuperación. Esto se debe a que la conducción que se produce por medio de las lesiones recientes en ocasiones pudieran mejorar.
Por otro lado, es normal que los pacientes con EM, se enfrenten a problemas psicológicos, que no solo dependen de síntomas clínicos. De hecho, en personas con mejores pronósticos persiste el temor de quedarse paralizado o que agrave la patología.