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Qué es un angioma y cómo se cura

¿Ha visto alguna vez un niño con una marca de nacimiento, de las que llaman “marca de fresa”? ¿O esas verruguitas rojas que les salen a los adultos espontáneamente en la piel? Esa marca rojiza o azulosa que se presenta en algunos neonatos desde el momento del nacimiento, surge durante las primeras semanas de vida, o en edades maduras y se denomina angioma o hemangioma.

¿Qué es un angioma?

  • El angioma es una formación vascular benigna, normalmente superficial, que se presenta usualmente en la cabeza, cara, cuello, el pecho o espalda de algunos bebés recién nacidos y personas adultas.
  • Así mismo presente en otras regiones del cuerpo, como brazos, piernas y abdomen, e incluso dentro de cavidades, como boca, párpados, cavidades nasales, orejas, canal auditivo, y en el ano
  • O también con desarrollo interno, asociados a la superficie de algún órgano (intestino, hígado, estómago), aunque esto último es mucho menos frecuente.
  • Técnicamente, se trata del sobrecrecimiento de la densidad de vasos sanguíneos agrupados en un área precisa y limitada del cuerpo.
  • Tanto si está presente desde el momento del nacimiento, como si aparece durante los primeros meses vida, el angioma infantil evoluciona durante el primer año de vida, produciendo marcas protuberantes, frecuentemente de aspecto gomoso, que van desde un milímetro hasta el volumen equivalente a una pelota de golf, o de béisbol, en casos extremos) estancándose luego para comenzar su reducción.
  • El angioma infantil tiene una probabilidad de aparición de 4-5%; suele presentarse mas frecuentemente en personas de piel clara y en el sexo femenino, así como en bebés prematuros que nacen  antes de las 37 semanas de embarazo.
  • El tipo de angioma mas frecuente -el superficial- suele mostrar tonos rojizos, pero en los casos en los que su presencia no es superficial sino subcutánea, puede mostrarse azuloso o ser simplemente una leve protuberancia del mismo tono de la piel.
  • En los casos en que el angioma desarrolla una vascularización profunda suele requerir una resonancia magnética o una tomografía axial computarizada para su evaluación.
  • Debido a que la mayor parte de los angiomas presentes en los neonatos evolucionan favorablemente, sufren una reversión espontánea y desaparecen espontáneamente durante los primeros años de vida sin siquiera requerir tratamiento, los especialistas suelen recomendar esperar hasta mas allá de los cuatro a cinco años de vida antes de tomar una decisión sobre si intervenirlo o dejarlo evolucionar espontáneamente.
  • Por regla general, como el angioma no crece junto al desarrollo del niño, entre los diez y doce años sus restos pasan ya prácticamente desapercibidos, reduciéndose su evidencia hasta la formación de una marca plana o ligeramente abultada, que suele ser de color algo mas claro que el resto de la piel.
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Clasificación del angioma infantil

  • Superficial: no se desarrolla mas allá de los primeros milímetros de la superficie de la piel. Suele iniciarse como una pequeña mancha clara, que van creciendo y oscureciéndose paulatinamente, para luego revertir espontáneamente.
  • Profundo: su crecimiento se hunde bajo la piel, dando un aspecto liso superficialmente. Suele ser mas azulado que los superficiales y tiene un aspecto como de hematoma, de superficie ligeramente hinchada, como si se tratara de un lunar velado.
  • Mixto: combina características de los anteriores.

El angioma en adultos

Además las lesiones benignas típicamente infantiles, la presencia de un angioma no escapa en los adultos, persistiendo de forma inocua como las llamadas “marcas de nacimiento”, o generándose nuevas formas de angioma, a saber:

  • Angioma cavernoso; de raíces mas profundas y con aspecto similar a una especie de verruga irregular, sonrrosada o rojiza.
  • Angioma senil, conocido también como nebus rubí, porque asemeja a pequeños lunares de color rojo.
  • Angioma en araña, conocido también como nebus aracnoideo, por su forma ramificada; mas frecuente en mujeres.

¿Cómo se cura un angioma?

Aparte del componente estético que pueda representar la presencia de una marca rojiza, plana o protuberante en algún lugar del cuerpo de una persona, en ocasiones un angioma puede dar manifestaciones hemorrágicas o molestias leves, por lo que debe ser tratado para su reducción o eliminación. Así mismo, en ciertos casos, los angiomas no desaparecen espontáneamente sino proliferan en su crecimiento hacia zonas mas profundas de la piel u otro órganos, o bien se proyectan como emergencias mas o menos voluminosas por encima de la superficie, por lo que se hace imperativo tratarlos hasta su eliminación.

¿Qué hacer?

El primer paso a seguir es la evaluación médica rutinaria, pudiendo indicarse la visita posterior a un dermatólogo que evalúe los detalles de la lesión y valore la posibilidad de intervención sobre el mismo, o dejarlo seguir su evolución natural bajo revisiones periódicas.

Ahora bien,  en el angioma que ocasiona sangrado, escozor, úlcera o infecciones recurrentes -tanto en niños como adultos- es necesaria su intervención para corregir dicha lesión y evitar que derive en otros problemas. Para ello, existen tratamientos medicamentosos y de intervención directa sobre la lesión.

Los tratamientos de acción física directa son:

  • Tratamiento con láser, que se usa en lesiones de no mas de 3 mm de profundidad y no tiene efecto permanente. Se suele utilizar un láser de luz pulsada, o bien, láseres Nd-YAG y KTP.
  • Ablación con nitrógeno líquido, donde se ultracongela de forma localizada la lesión y se extirpa.
  • Cirugía tradicional, que es utilizada en neoplasias mas extendidas y profundas, resistentes a otros tratamientos.

Por su parte, los tratamientos con base en medicamentos vía oral son:

  • Betabloqueantes, entre ellos, se utiliza propanolol, timolol, adenolol y nadolol.
  • Corticosteroides, tales como la prednisona, metilprednisolona y triamcicolona, inyectados en la piel o aplicados en forma de gel sobre la lesión.
  • Interferón, para aquellos casos resistentes a otros fármacos, o donde estos no se pueden utilizar por hipersensibilidad o alergias.

Todos los tratamientos deben ser cuidadosamente valorados, haciéndose seguimiento detallado sobre ellos, adecuándolos a la edad y condición inicial del angioma, sobre todo tratándose de infantes.

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