Parkinson

Parkinson: síntomas, tratamientos e información

La enfermedad de Parkinson es un desorden degenerativo y crónico que se manifiesta en un área del cerebro. Dicha parte, es la que controla el sistema motor del cuerpo, manifestándose con una pérdida progresiva de los movimientos. Esto suele producirse en el momento que las células nerviosas se deterioran o mueren, dejando al individuo casi inmóvil.

Existen algunas características especiales que indican la aparición de la enfermedad, como lentitud en los movimientos, rigidez muscular o temblores. Este padecimiento es una patología que afecta a más de doscientas mil personas, por solo nombrar los datos correspondientes a España.

Qué ocasiona el Parkinson

Hasta el presente, se desconoce el origen del Parkinson, a excepción de ciertos casos que son productos de drogodependencias, medicamentos o traumatismos. Así como también, ocurre en personas que heredan este tipo de enfermedad de sus antepasados. Se han estudiado muchas hipótesis que intentan explicar el daño neurológico que produce este padecimiento. En algunos casos, se atribuye a toxinas o pesticidas, en unión con otras predisposiciones genéticas.

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Por otra parte, también han experimentado la posibilidad de que se origine de los radicales libres. Los cuales, pudiesen desencadenar un determinado proceso de oxidación que perjudica las neuronas y los tejidos. La enfermedad produce perdidas irreparables de los ganglios basales. Lo cual, provoca una interferencia en las conexiones con otros músculos y las células nerviosas.

Asimismo, también infieren en la perdida de dopamina. Sin embargo, aún no es posible conocer con certeza las causas que ocasionan esta degeneración. Con relación al factor genético, este no desempeña un elemento importante, aun cuando esta enfermedad pudiese afectar a familias enteras.

Síntomas del Parkinson

La sintomatología del padecimiento, en primera instancia es leve. No obstante,  se hace cada vez más fuerte con el paso de los días. Cuando inicia el proceso, el paciente suele experimentar dificultad para hacer movimientos, dolor en las articulaciones y agotamiento. En el caso de la escritura, también comienza a cambiar y se muestra irregular y algo diminuta.

La mayoría de los pacientes de Parkinson empiezan sintiendo molestias en una sola área del cuerpo y luego se incrementan. Además, varía su carácter por lo que es común que sientan depresión e irritabilidad, sin ningún motivo desencadenante. Estos síntomas son apenas el inicio antes de que comiencen los signos clásicos de la enfermedad como por ejemplo:

  • Rigidez.
  • Temblores.
  • Bradicinesia.
  • Depresiones.
  • Inestabilidad.
  • Dificultades urinarias.
  • Problema para masticar y tragar.
  • Estreñimiento.
  • Acinesia.
  • Trastorno de sueño.
  • Pérdida de expresividad.
  • Aumento o pérdida de peso corporal.

¿Cómo se diagnostica?

Diagnosticar esta enfermedad en etapa inicial es algo complicado. Debido a que los síntomas tienden a confundirse con los presentados en otros tipos de patologías. De hecho, en los últimos estudios realizados por la SEN, los diagnósticos de Parkinson suelen tardar 3 años máximos. Por consiguiente, se cree que el 25% de estos pacientes, en realidad padecen otro tipo de enfermedad.

Hoy en día, las personas diagnosticadas con la afección son mayores de sesenta y cinco años. No obstante, esto no significa que se trate de una patología que solo afecta en la vejez. Existen antecedentes de pacientes que se les ha comprobado la enfermedad antes de cumplir los 50 años. Por lo tanto, es fundamental estudiar detalladamente cada caso, ya que todavía no existe un marcador químico que lo determine.

Para poder comprobar el diagnostico se debe realizar una tomografía axial computarizada. Este examen es el encargado de la detención de daños cerebrales a nivel del mesencéfalo. Además, también es muy común realizar exámenes de rutina para evidenciar los reflejos del paciente. La mejor manera para detectar la patología sin duda alguna es la observación, ejercida por los familiares y los especialistas.

¿Qué tratamientos existen?

Se trata de una enfermedad, que hasta la fecha no tiene curación alguna. Sin embargo, existen tratamientos que reducen la progresión de la patología. Asimismo, son ideales para evitar los efectos secundarios, producto de los fármacos y un mayor control de los síntomas. En el caso de la dopamina, esta no puede ser administrada de manera directa.

Por todas estas razones, se han desarrollado fármacos ideales para favorecer la producción normal de esta sustancia. Así como también, sirven para retrasar el deterioro y son suministrados dependiendo del avance de los síntomas. Por consiguiente, si los indicios son leves se usan los fármacos con menos potencia, como por ejemplo los anticolinérgicos. En los casos más graves o severos, se administra levodopa, que es un medicamento más potente y agresivo.

Cirugías para el Parkinson

Se cuentan con tratamientos quirúrgicos que actúan sobre el área deteriorada del cerebro. Sin embargo, solamente es recomendada a un 5% de los pacientes y será efectiva si pertenecen a este grupo. Las personas con incapacidades funcionales graves, no son aptas para realizarse una intervención quirúrgica. Así como tampoco, los que tengan diagnósticos por demencia, adultos mayores de 70 años, entre otros.

Entre las técnicas efectuadas en la cirugía de Parkinson está la estimulación eléctrica y la palidotomía. Ambos procedimientos son efectivos y su elección dependerá de la dependencia clínica que posea el paciente. Los beneficiarios de este tipo de intervención, son las personas con discinesias ocasionadas por medicación o enfermedades progresivas.

Consejos para sobrellevar el Parkinson

Para mejorar la calidad de vida, se recomienda tener en cuenta algunas funciones básicas que facilitarán la vida cotidiana.

Prevenir las caídas

La osteoporosis o la falta de control de los músculos afectan la mayoría de las veces a las personas mayores. Por ello, es necesario que se eviten accidentes que puedan ocasionar roturas irremediables de huesos. Para cuidarse es importante que eliminen los objetos que puedan entorpecer el camino del paciente. Como por ejemplo: escalones, alfombras, sofás, mesas, entre otros. Asimismo, también se aconseja instalar manillas en paredes que estén en cercanía a los tiradores de las puertas.

Alimentación

Para las personas que sufren este padecimiento, el momento de comer es todo un trauma. Debido a que el solo hecho de llevarse la comida a la boca para masticarla representa el doble de tiempo que una persona normal. Aunado a ello se agrega, la dificulta para deglutir las verduras o carnes y el uso de los cubiertos.

Vestimenta

En el momento de vestirse, los botones representan un obstáculo, por esto se recomienda que lo sustituyan por cremalleras. En el caso de los zapatos con cordones, es mejor cambiarlos por gomas elásticas que son fáciles de sacar y se sujetan a los pies.

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