Los neutrófilos altos pueden presentarse con frecuencia en la población, siendo una condición ocasionada principalmente por infecciones. Nuestro sistema inmunológico está constantemente enfrentándose con microorganismos dañinos para el cuerpo, y los neutrófilos conforman parte de este proceso.
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¿Qué son?
Son un tipo de glóbulo blanco, los cuales ayudan a combatir infecciones a través de la segregación de enzimas capaces de destruir a los microorganismos invasores.
¿Qué significa un conteo de neutrófilos altos?
En nuestro estado saludable, contamos con un promedio de entre 60% y 70% de neutrófilos en la sangre, el recuento normal en el cuerpo es de 3.000 a 6.000 por milímetro cúbico. Si se disparan sus valores, sobrepasando este promedio, es un indicativo de que hay una infección en el organismo y nuestro sistema inmunológico está trabajando en su misión de restablecer la salud. No obstante, estos glóbulos blancos también aumentan cuando hay una quemadura, inflamaciones, fracturas, trastornos como la artritis reumatoide, algún tejido del cuerpo herido o en situaciones más simples, como cuando practicamos una actividad física que nos lleva al límite.
Incluso existen ciertos fármacos que aceleran la producción de glóbulos blancos, del mismo modo que enfermedades graves, como la leucemia mielógena o la varicela, incrementa la cantidad de neutrófilos inmaduros en la sangre.
Los glóbulos blancos mueren después de atacar al microorganismo intruso, y tienen una duración de vida en la sangre de aproximadamente 5 días.
La neutrofilia
Cuando estamos sanos, los neutrófilos permanecen en la médula ósea donde son segregados originalmente. Sin embargo, cuando estos glóbulos blancos se multiplican y transitan por nuestro sistema inmunológico, nos encontramos con la neutrofilia, un término utilizado para hablar de neutrófilos altos en la sangre que nos están defendiendo de una amenaza.
Cómo detectar los síntomas
La neutrofilia no presenta síntomas, por lo que, en muchas ocasiones la forma de detectarlo está ligado con la enfermedad que lo origina. Es decir, se puede evidenciar alguno de estos síntomas en el paciente pero no son determinantes para saber que los neutrófilos están elevados:
- Hipotensión
- Taquicardia
- Dificultades en las vías respiratorias
- Fatiga en exceso
- Fiebre reumática por la infección bacteriana
- Pérdida de peso
- Disnea
- Pérdida de peso
- Hematomas repentinos en la piel
- Sudoración excesiva
- Problemas con la visión
- Dolor o ardor en extremidades o en el abdomen
Siendo la fiebre uno de los síntomas más evidente y frecuente cuando los glóbulos blancos están altos. Las causas pueden ser muy diversas y los síntomas suelen confundir, así que, lo recomendable es realizarnos un análisis sanguíneo para verificar si los niveles están elevados.
¿Quiénes sufren de neutrófilos altos?
Las mujeres embarazadas tienden a presentar neutrofilia debido a los cambios en su organismo mientras el feto se desarrolla. Es una reacción natural de su cuerpo.
Igual ocurre con los recién nacidos y niños pequeños que suelen tener valores elevados de este tipo de glóbulo blanco. Además, las personas que pasan a través de una intervención quirúrgica, son susceptibles a experimentar neutrófilos altos unas tres horas después aproximadamente. Esto no quiere decir que su salud está en riesgo, son tan solo respuestas de un sistema inmunológico sano.
Tratamiento
Cada tratamiento es distinto porque la neutrofilia está subyacente a otras condiciones clínicas. Algunos tratamientos generales son:
- Administración de antibióticos vía intravenosa
- Antiinflamatorios
- En casos de leucemia, se aplican tratamientos más nocivos como la quimioterapia
Otro tratamiento aplicado es la extracción de sangre, con el propósito de disminuir la cantidad de glóbulos blancos en el organismo. Y por supuesto, no olvidemos que el mejor método de prevención es cuidando nuestra dieta.
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