Tanto el crecimiento infantil como el desarrollo de la estatura en adolescentes suelen ser temas de gran interés para los padres. Durante esta etapa de la vida se producen cambios físicos y emocionales significativos que moldearán el futuro de cada individuo, los cuales están guiados por factores genéticos, hormonales y ambientales.
Entre los cambios más notorios de la adolescencia se incluye el conocido estirón puberal, el cual se encuentra vinculado directamente a la actividad hormonal, siendo la hormona del crecimiento (GH) una de las principales responsables de este fenómeno.
Aunque se experimentan cambios drásticos de diversa índole, la estatura es el factor que suele generar mayores inquietudes y preguntas entre los padres, quienes se preguntan con frecuencia si el crecimiento de su hijo es adecuado y normal para su rango de edad.
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¿Cuál es la estatura promedio en los niños?
Lo primero a destacar sobre el tema es que no existe una estatura promedio única durante la infancia, pues esta puede variar según la edad, genética y otros factores individuales. No obstante, existen datos generales que podemos compartir:
- A partir de los 10 años, la estatura promedio de los niños suele ser de 135 a 140 centímetros.
- Durante la adolescencia el crecimiento se acelera. Mientras que las niñas se mantienen en un rango de 150 y 165 centímetros, los niños suelen tener una estatura de 155 y 175 centímetros.
¿Cuándo es necesario llevar a un niño al endocrinólogo pediátrico?
Es esencial comprender que cada individuo es único y que existen variaciones normales en el crecimiento de los adolescentes. Partiendo de esa base, también es importante estar atento a las señales de que algo no va bien en la salud de los pequeños, especialmente en lo relacionado a enfermedades del sistema endocrino.
Resulta necesario visitar a un especialista en endocrinología y metabolismo pediátrico cuando se producen las siguientes situaciones:
Pubertad precoz
Se refiere al desarrollo sexual previo a los límites considerados como normales según el rango edad. Por lo general, una pubertad precoz es la que inicia entre los 8 y 9 años, manifestándose con signos claros de desarrollo sexual temprano como el crecimiento de vello púbico, desarrollo de senos en niñas o cambios notables en la voz en niños.
Problemas del crecimiento
También podría ocurrir que el adolescente muestre un crecimiento significativamente lento o atrasado en comparación con sus compañeros de edad, lo cual debería ser motivo de preocupación. La estatura baja, también conocida como baja talla, puede deberse a problemas hormonales, genéticos o nutricionales.
Alteraciones tiroideas
Trastornos tiroideos como el hipotiroidismo (producción insuficiente de hormonas tiroideas) o el hipertiroidismo (producción excesiva de hormonas tiroideas), suelen afectar al crecimiento, al desarrollo y al bienestar general de un adolescente.
Diabetes y obesidad
La diabetes tipo 1 y tipo 2 son trastornos metabólicos que pueden manifestarse durante la adolescencia, con síntomas como micción frecuente, sed excesiva, pérdida de peso inexplicada o fatiga extrema. Ante esta situación, es necesario que el endocrinólogo pediátrico realice una evaluación médica completa e indique el tratamiento correspondiente.
