La rinoplastia es una de las cirugías estéticas más habituales en todo el mundo. Se trata de una operación que puede tener su origen en el deseo de cambiar la apariencia de la nariz, pero que también puede obedecer a las dificultades para respirar.
En parte por esa versatilidad, la rinoplastia es una operación muy demandada. A muchas personas les sirve para dejar atrás sus complejos, que en algunas ocasiones pueden derivar en problemas de autoestima que pueden acabar siendo graves.
Curiosamente, la pandemia ha aumentado la solicitud de rinoplastias en el mundo, según un reportaje publicado por la prestigiosa BBC, que explicaba el pasado mes de julio que los centros en Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y Australia habían registrado un incremento de pacientes que buscaban tratamientos como rellenos labiales, bótox, estiramientos faciales y rinoplastias.
Pero en otros casos, quienes se deciden a realizar esta operación ven notablemente mejorada su calidad de vida porque respiran mucho mejor. En ocasiones, de hecho, se trata de una operación imprescindible para poder respirar bien por la nariz.
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¿En qué consiste exactamente la rinoplastia y cuánto cuesta?
La rinoplastia puede cambiar el tamaño, la forma o las proporciones de la nariz y, en realidad, abarca un amplio abanico de escenarios: puede realizarse para reparar deformidades causadas por una lesión, para corregir una anomalía congénita o para mejorar las dificultades respiratorias a las que aludíamos antes.
Se trata de una de las operaciones de cirugía estética más complejas. Es sencillo entender el motivo: no es fácil prever el resultado final. Se trata de una cirugía especializada e individualizada, en la que se tienen en cuenta factores y características anatómicas de cada paciente, como la estructura de la nariz, la forma de la cara o los rasgos faciales.
En cuanto a los precios de una rinomodelación, varía en función la zona a tratar, las características específicas de la nariz o los tratamientos a aplicar (láser, suturas, toxinas, ácido hialurónico…). Por eso, lo recomendable es buscar siempre un presupuesto personalizado, que se base en el estudio individualizado de cada paciente.
A grandes rasgos, existen dos tipos de rinoplastias:
- La rinoplastia tradicional o cerrada, que se realiza desde el interior de la nariz, esculpiendo el hueso y el cartílago. Este tipo de operación no deja cicatrices externas visibles.
- La rinoplastia abierta se recomienda para los casos complicados. En esta modalidad, se realiza un corte en la parte media de la nariz que permite manipular mejor los huesos y cartílagos.
¿Cómo se prepara una rinoplastia?
Se trata de una operación muy delicada, por lo que es necesario realizar una minuciosa planificación previa. Al planificar la rinoplastia, el cirujano debe considerar todas las características faciales de la persona, la piel de la nariz y profundizar con el paciente para conocer exactamente lo que desea. La previsión del resultado final es clave, y el cirujano debe elaborar un plan absolutamente personalizado para cada paciente.
Por eso, en una rinoplastia se exige un trabajo previo muy exigente con la colaboración del paciente:
- Debe revisarse la historia clínica, para conocer posibles antecedentes de obstrucciones nasales, cirugías, los medicamentos que toma el paciente o si tiene un trastorno hemorrágico.
- Debe realizarse una exploración física, que incluya análisis de sangre, y por supuesto una revisión exhaustiva de las características faciales, y de la parte interna y externa de la nariz.
- Debe realizarse un estudio fotográfico completo desde diferentes ángulos, que luego será tratado por ordenador para mostrar los resultados posibles.
- Debe mantenerse una conversación profunda, reposada y sincera sobre las expectativas del paciente y las posibilidades reales que ofrece la intervención.
- Por todos estos motivos, las operaciones de rinoplastia siempre conviene realizarlas en clínicas acreditadas, solventes y de confianza.
