Cáncer

¿Qué es el cáncer y cómo se desarrolla?

El cáncer es la enfermedad que más preocupa a la población mundial. De hecho, se conocen más de doscientos tipos, y cada uno de ellos tienen características que los hacen diferentes uno de otros. Por ello, se consideran como padecimientos independientes, con causas, evolución y tratamientos distintos para cada caso en particular.

Por otra parte, cada uno de ellos posee un denominador común, y es que las células cancerígenas tienen capacidad multiplicadora. Los que significa que se pueden diseminar por el organismo de manera descontrolada afectando todo a su paso.

Definición del cáncer

Lo primero que debes conocer es que son unas células que se dividen constantemente. Esto lo hacen con el propósito de reemplazar las que ya están muertas o envejecidas. De esta manera, lograrán mantener el buen funcionamiento y la integridad de los órganos.

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Dicho proceso de división, se encuentra regulado por diversos mecanismos de control. Los cuales, indicarán a las células el momento que deben permanecer estáticas y cuándo pueden dividirse. Al producirse un daño a nivel celular que no se pueda remediar, el organismo inicia una autodestrucción. Con ello, se impedirá que los daños sean trasmitidos a otras células descendientes.

Por otra parte, cuando dichos mecanismos se alteran en determinada célula, esta y sus herederos comienzan a dividirse descontroladamente. Todo este proceso a lo largo del tiempo genera nódulos o tumores que perjudican el organismo de la persona.  

Clasificación del cáncer

Los tipos se determinan por el órgano o tejido en donde se originan. Como por ejemplo: un cáncer de colon con metástasis a nivel hepático se le reconoce como cáncer de colón, y no como cáncer hepático. Desde una manera más detallada se pueden conocer tantos tipos, como enfermos existen. Cada uno de estos tienen sus alteraciones de células y moléculas distintas. No obstante, de manera sintética son agrupados dependiendo del tejido en donde se inician.

Carcinomas

Se trata de un tipo que se origina por medio de las células epiteliales. En concreto, son senos que tapizan la superficie de las glándulas, las estructuras corporales y los órganos. Los casos representan más del 80% de la suma total de los cánceres. En estos también se incluyen a los más comunes como el de pulmón, mama, páncreas, próstata, estomago, colon, etc.

Sarcomas

Esta afección se forma a partir de los llamados tejidos conjuntivos o conectivos. De estos casos se derivan los huesos, tejidos grados, músculos, y cartílagos. En este sentido, los más comunes son los sarcomas óseos.

Leucemias

Este tipo se inicia en la medula ósea, se trata del tejido encargado de la producción de plaquetas, glóbulos blancos y rojos. Los cambios de estas células producen otras afecciones como infecciones, alteraciones de la coagulación y anemia.

Linfomas

Su desarrollo proviene desde el tejido linfático como los existentes en los órganos y en los ganglios.  

Diferencia entre células normales y cancerosas

Las células con cáncer se diferencian de las normales de diversas maneras, ya que las primeras crecen sin control y se convierten en invasivas. Asimismo, al determinar las cancerígenas son menos especializadas que las normales. Esto significa que las normales maduran en tipos celulares distintos con funcionamientos específicos, mientras las cancerosas no lo hacen.

Con relación a las cancerígenas, es posible que ignoren las señales, manifestando que dejaron de dividirse. Así como también, pueden indicar que comienza un proceso que se identifica como apoptosis o muerte celular programada. De hecho, suelen utilizar el cuerpo para liberarse de células que se consideran no necesarias.

Por otra parte, las células cancerosas frecuentemente invaden el sistema inmune, los tejidos, los órganos y células especializadas. Todas estas protegen el cuerpo en contra de las enfermedades y de infecciones. Aun cuando el sistema inmune debería eliminar estas células anormales o dañadas, en ocasiones estas se esconden en el organismo.

¿Cuáles son las causas?

Para entender bien esta enfermedad. Es fundamental estar al tanto de los factores que lo desencadenan. En ese sentido, los cambios genéticos son los que contribuyen al daño de los tres tipos de genes principales. Entre los cuales están los genes reparadores del ADN, los protooncogenes  y los genes supresores de los tumores.

Con respecto a los protooncogenes, estos se dedican al desarrollo y la división a nivel celular. No obstante, en el momento que se alteran o se activan más de lo habitual, se pueden convertir en oncogenes. Debido a que cuando esto pasa dan indicio a que las células sobrevivan y crezcan, aun cuando no deberían hacerlo.

Los genes supresores son los que se dedican a mantener en control la división celular y el crecimiento. Cuando existen alteraciones en estas células, acarrean que estos tipos de tumores se dividan de manera descontrolada. Mientras que los genes reparadores de ADN son los dedicados al arreglo de un ADN que está errado. Por ejemplo: sucede cuando las células con ciertas mutaciones tienden a generar transformaciones adicionales de otros tipos de genes.

Diseminación del cáncer

El mayor temor existente es cuando este se disemina por todo el cuerpo. En este sentido, cuando se realiza este proceso se le conoce como metástasis. Para explicarlo un poco mejor, se trata de que los tumores cancerígenos se dispersan en otras zonas del organismo.

El cáncer metastásico posee el mismo tipo de células cancerosas y nombre que el primario. Esto significa que cuando los tumores de mama se pasan a los pulmones, sigue denominándose como cáncer de seno. Al momento de observar en el microscopio, tienen casi siempre el mismo aspecto que las células cancerígenas originales. Asimismo, las células primarias y las metastásicas  tienen características moleculares semejantes como la presencia de cambios determinados en los cromosomas.

Los tratamientos pueden ayudar a que las personas con este padecimiento alarguen su vida. Sin embargo, el objetivo principal de estos es aliviar los síntomas de la enfermedad y controlar el crecimiento acelerado. Estos tumores suelen causar graves daños a la funcionalidad del cuerpo y de todo el organismo. La mayoría de las personas que no sobreviven al cáncer se debe a que su tipo de padecimiento es metastásico. 

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