En España se contabilizan un total de 11 millones de ciudadanos con asistencia sanitaria privada, lo que supone aproximadamente el 23% de la población. La contratación de seguros de asistencia privada ha incrementado de manera continuada durante los últimos 15 años en España y, como consecuencia de la pandemia, la confianza en la sanidad privada se ha multiplicado.
En 2020, con la llegada del coronavirus, se formalizaron unos 470.000 nuevos seguros de salud, un 5,1% más que en 2019. De esos 11 millones, aproximadamente 1,8 del total son funcionarios de la Administración Central, que reciben asistencia médica a través de aseguradoras privadas.
Los datos señalan que hay más de nueve millones de ciudadanos con posibilidad de acudir a la sanidad pública y la privada. El ICEA, Instituto de Investigación del Sector Asegurado, indica que cada año estas coberturas atienden unos 100 millones de actos médicas.
La inmensa mayoría de personas que tienen contratado un seguro de este tipo, unos ocho millones, hacen un uso habitual pero poco intensivo de los servicios de salud. Sin embargo, unas 160.000 sí sufren patologías con morbilidad grave y 450.000 padecen afecciones de morbilidad significativa.
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¿Cómo funcionan los seguros de salud?
Muchas enfermedades que se hacen crónicas, es decir, se prolongan de manera permanente en el tiempo, pueden impedir una vida normal debido al dolor que provocan o a la pérdida de calidad de vida que conllevan.
Algunos seguros sanitarios ofrecen la posibilidad de recibir anticipos del 50% del importe asegurado en caso de fallecimiento o cuando se diagnostica alguna de las siguientes enfermedades graves: cáncer, infarto de miocardio o cerebral, trasplante de órganos mayores, enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson y afecciones crónicas de las arterias que requieren cirugía de bypass o insuficiencia renal.
Las coberturas en estos seguros van más allá del cobro de esa cantidad de dinero, pues los asegurados pueden recibir indemnización también en caso de ser ingresados en centros hospitalarios independientes de la causa.
A su vez, la cobertura sanitaria también incluye episodios de baja laboral y las propias vinculadas a los seguros de vida. Ante esta situación lo ideal es estar cubierto frente a enfermedades graves, aunque es cierto que muchos de estos seguros se suelen contratar como pólizas independientes que actúa como complemento a la póliza de salud.
¿Cuáles son esas coberturas extra que actúan como complemento a pólizas de salud?
Los servicios complementarios de salud cubiertos por las aseguradoras dependen de estas últimas. Ya se han mencionado los gastos médicos, esto es, asumir gastos que requiera el asegurado incluyendo los de hospitalización y tratamientos extrahospitalarios especiales.
A su vez, muchas compañías incluyen también una segunda opinión médica que tiene como finalidad confirmar la dolencia e indicar el tratamiento más conveniente. Ante el padecimiento de ciertas enfermedades, especialmente aquellas que se prolongan en el tiempo y tienen un diagnóstico más grave, contar con un segundo apoyo médico puede resultar de gran utilidad, y sobre todo tranquilidad, al paciente.
Por otra parte, algunas aseguradoras disponen de atención internacional. De este modo, el paciente puede acceder a hospitales fuera de España para confirmar esa dolencia o para ser tratado, pues los seguros de enfermedades graves también incorporan en algún caso la gestión de todos los trámites hospitalarios necesarios. No obstante, esta cobertura sí suele tener un límite monetario en torno al millón de euros.
Seguro de salud y seguro de vida
Los seguros de vida se caracterizan, hasta la fecha, por atender posibles riesgos de fallecimiento e invalidez, pero desde hace un tiempo se vinculan también a seguros de salud, de modo que añaden situaciones ya descritas, como la suma asegurada en caso de que se detecte una enfermedad grave.
Por lo general esas enfermedades graves van desde distintos procesos de cáncer a infartos, accidentes cerebro-vasculares y cirugías con by-pass aortocoronario. Pero en la actualidad muchas entidades trabajan para destacar frente a la competencia y añaden a esas coberturas otras pólizas que responden frente a la esclerosis múltiple, la ceguera o la pérdida de audición, entre muchas otras.
El aumento en el diagnóstico de enfermedades graves, con la consecuente pérdida de calidad de vida para los pacientes, lleva a mucha gente a interesarse por estos seguros de salud, y a las propias aseguradoras a reforzar y ampliar sus servicios.