A pesar de los avances en el campo de la medicina, todavía existen enfermedades extrañas que constituyen incógnitas para los investigadores. Al punto que no se han logrado descubrir a ciencia cierta las causas que originan estas afecciones y generan dificultad para determinar un diagnóstico. Es el caso de la fibromialgia que, hasta el momento, puede confundirse con otras enfermedades y son variadas las hipótesis respecto a los posibles factores que la desencadenan.
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¿Qué es la fibromialgia?
El significado de la palabra fibromialgia (FM) está asociado al dolor en los músculos y en el tejido fibroso que está formado por ligamentos y tendones. El síndrome de fibromialgia (SFM) es una afección que puede llegar a ser tan complicada, que causa una percepción de dolor crónico en todo el cuerpo, por lo que las personas que la padecen experimentan una sensibilidad mayor al dolor. Esta compleja patología se caracteriza por producir dolores generalizados a nivel musculoesquelético y genera una sensación de dolor en varias áreas del cuerpo, en puntos específicos. Además, esta enfermedad está asociada con otros trastornos de tipo psiquiátrico y reumatológico.
Síntomas
Son variados los síntomas que presenta el síndrome de FM, entre los más reconocidos podemos mencionar:
- Dolor y rigidez corporal: aquí nos referimos a Anquilosamiento, que por lo general se manifiesta al levantarse. Los sitios que más frecuentemente son afectados por el dolor producido por la fibromialgia, son: la región lumbar o mejor conocida como espalda baja, el cuello, el tórax y los muslos. También se puede producir una alteración en los músculos similar a un calambre muy doloroso, así como espasmos localizados.
- Fatiga persistente y agotamiento profundo: estos síntomas se presentan en todos los pacientes que padecen FM y, son muy notables en todas las actividades que realizan, ya que se les dificulta llevarlas a cabo. Dependiendo del grado de la enfermedad, esta fatiga puede ser soportable o llegar a incapacitar a la persona, al punto de afectarlo en su ámbito profesional y familiar.
- Afecciones de la piel: Se presentan síntomas como resequedad, prurito y hasta manchas.
- Notable disminución de la capacidad funcional.
- Parestesia: es la sensación de hormigueo en las manos y los pies.
- Sueño no reparador: se habla de esta condición, cuando aún durmiendo las horas suficientes, el paciente al despertarse se siente todavía cansado. Por otro lado, es notable un sueño ligero e inestable.
- Alteraciones cognitivas: se refiere a problemas de pérdida de memoria y falta de concentración, también aparecen las conocidas “lagunas mentales”.
- Sensibilidad ambiental: se presenta una hipersensibilidad a los ruidos, la luz, olores y cambios de temperatura.
- Movimientos involuntarios (movimientos paroxísticos): es posible que se desarrolle el «síndrome de las piernas inquietas», esto es un impulso incontrolable de mover las piernas, generalmente cuando están en reposo.
- Dolor en la mandíbula, o como se conoce científicamente “trastorno de la articulación temporomandibular”.
- Dolor de cabeza: se incrementan los dolores de la cara y la cabeza, llegando a padecer de migrañas.
- Zumbidos en los oídos: son campanilleos que pueden producir desequilibrio, mareos y problemas de vértigo.
- Alteraciones de la visión.
- Ansiedad, depresión y mal estado de ánimo, este es uno de los síntomas más marcados.
- Malestar abdominal: se presentan problemas como dolores abdominales, síndrome del intestino irritable, meteorismo, trastornos digestivos, náuseas, estreñimiento y/o diarrea.
- Sequedad en la boca y los ojos.
- Trastornos genitourinarios: necesidad frecuente de orinar, sin tener ningún tipo de infección en la vejiga. Esto se puede llamar también incontinencia urinaria.
Causas y diagnóstico de FM
Las causas responsables de la fibromialgia, hasta el momento no están bien definidas, por ende, el tratamiento tampoco es definitivo. Sin embargo, un poco de información se conoce al respecto, así que te comentamos cómo se detecta y qué podemos hacer para aliviar sus síntomas.
Causas
La incógnita que invade a todos es ¿Cuál es la causa de la fibromialgia? Pues, hasta el momento, no se ha llegado a conclusiones precisas de los factores que la generan. En base a los estudios realizados, se comparten opiniones de posibles causas que influyen en el desarrollo de esta enfermedad. La hipótesis que hasta el momento ha tomado más fuerza, es que su origen es neurológico. Se ha llegado a pensar que puede ser producto de una alteración que afecta ciertas sustancias neurotransmisoras del sistema nervioso, lo cual interfiere en la comunicación de las neuronas, dichas alteraciones justifican los síntomas más reconocidos de la enfermedad.
Otros puntos de vista de los investigadores, asocian otras posibles causas que pueden desencadenar esta patología y, aunque no son conclusiones exactas, se piensa que ciertos factores también podrían contribuir en la aparición de la FM. Algunas de estas causas son:
- Eventos traumáticos provocados por accidentes, como una coalición, por ejemplo.
- Lesiones corporales frecuentes
- Enfermedades como infecciones bacterianas o virales
- También es posible que el síndrome se desarrolle por causas genéticas, pues se han verificado polimorfismos genéticos asociados con la enfermedad, en el caso de familias donde existen miembros afectados.
- Sensibilidad al gluten no celíaca: Algunos estudios realizados por investigadores españoles, han llegado a conclusiones que asocian la sensibilidad al gluten con el desarrollo de la enfermedad. Han sido casos en los que se descartó la enfermedad celíaca, pero que con una dieta sin gluten, mejoró considerablemente su condición. Muchos de estos casos no respondieron a otros tipos de tratamientos.
- En otros casos se ha comentado la posibilidad de que la hipersensibilidad al níquel puede tener implicaciones en el desarrollo de este síndrome.
Diagnóstico
Llegar a la conclusión de un diagnóstico que determine que un paciente está padeciendo de fibromialgia, no es tan sencillo, debido a que los factores que desencadenan la enfermedad no son conocidos con exactitud. Además, este síndrome presenta características similares a otras patologías, por lo que es fácil de confundirla con alguna de ellas. Por otro lado, en los análisis de sangre y en los estudios realizados con imagen, no se pueden detectar alteraciones que permitan determinar que se trata de fibromialgia.
Entonces, si no es tan sencillo emitir un diagnóstico, ¿cómo se detecta esta patología?, pues lo que sí podemos decir es, que por medio de los síntomas que la definen se puede descartar el padecimiento de este síndrome, una vez que se haya excluido la presencia de otras enfermedades que puedan causar dolor y/o cansancio generalizado. Esto ayudaría en el diagnóstico de la fibromialgia.
La dificultad para realizar un diagnóstico de esta enfermedad, se basa en datos estadísticos que determinan, que aproximadamente un 90% de las personas afectadas, no son diagnosticadas correctamente, debido al desconocimiento de la enfermedad o, en muchos casos, porque para algunos profesionales de la medicina, no cuenta como enfermedad. De hecho, la fibromialgia fue reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud en el año 1992. Por otro lado, podemos decir que solo un 10% recibe el diagnóstico, aún en clínicas especializadas en enfermedades reumatológicas.
Tratamiento
Como se ha mencionado, al no conocer las causas exactas que desencadenan la enfermedad, es difícil dar con el tratamiento adecuado. Sin embargo, existen varios medicamentos indicados para aliviar tanto el dolor, como los síntomas de la enfermedad. De este modo, se puede mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados.
Una vez realizado el diagnóstico de esta afección, el especialista puede proceder a indicar el tratamiento que, puede incluir terapias, cambios en el estilo de vida, ejercicio físico y fármacos.
Tratamiento farmacológico
Los pacientes con FM pueden seguir tratamientos con medicamentos antiinflamatorios, relajantes musculares y analgésicos que funcionan como calmantes del dolor. Pueden ser los clásicos de venta libre o indicados por el médico tratante por medio de una receta médica. Además de estos medicamentos para ayudar de un modo puntual con el dolor, se pueden incorporar otros que contribuyen con el aumento de los niveles de serotonina, entre otros mecanismos de acción. Siempre bajo prescripción del médico, se pueden incorporar medicinas que actúan como antidepresivos y anticonvulsionantes. El tratamiento con este tipo de medicinas se sigue con el objeto de mejorar los espasmos musculares, la depresión, el sueño, el dolor y la fatiga.
En el caso de que la enfermedad esté en un nivel muy crónico, es posible que el especialista prescriba la combinación de varios de esos medicamentos.
Existen otros casos en los que los medicamentos no son tan efectivos y se recurre a tratamientos con lidocaína, que es un anestésico local y se administra por vía intravenosa, lo que proporciona resultados muy eficaces.
También existen algunas medicinas que son indicadas específicamente en casos de FM.
En todo caso, el tratamiento con cualquiera de los fármacos indicados, mejoran notablemente los síntomas de la enfermedad en la mayoría de los pacientes de esta afección.
Terapias
Otra de las alternativas para tratar la FM, son las terapias. Ya sea a nivel emocional o a nivel físico. Aquí te dejamos los tipos de terapias recomendadas:
Terapias psicológicas
Tratar a los pacientes afectados por este síndrome, con terapias que ayudan emocionalmente, para que puedan enfrentar la patología que están padeciendo, forma parte del tratamiento indicado. Es importante educar al paciente respecto a la situación en que se encuentran y enseñarle a actuar del modo más correcto posible. Según los especialistas «las técnicas de meditación e incluso la hipnosis han demostrado que disminuyen el dolor».
Este tipo de tratamiento es muy importante, ya que las personas que sufren de ese dolor crónico y persistente, se ven afectadas negativamente en su estado de ánimo, lo que desencadena síntomas ansioso-depresivos, baja autoestima y pérdida de interés por las cosas. Y, por supuesto, estos trastornos influyen en el comportamiento y relaciones del paciente, tanto a nivel familiar, como social y laboral.
Terapia conversacional
Hay algunos casos, en los que el apoyo se lleva a cabo por medio de una terapia cognitivo-conductual, que juega un papel muy importante, para luchar contra la depresión y el dolor. Con este tipo de terapia conversacional, es posible orientar al paciente sobre las estrategias que debe aplicar para contrarrestar el dolor, liberar el estrés y alejar los pensamientos negativos que lo invaden, mejorando notablemente la calidad de vida.
Terapias complementarias
Este tipo de terapias, ya se refieren a tratamientos físicos que pueden ayudar con los síntomas de la FM. A pesar, de que aún no se conoce exactamente cuáles son las más efectivas, algunas que pueden ayudar a mejorar la condición física de las personas afectadas, son:
- Masajes terapéuticos, acompañados de calor local y electroterapia, que se realiza con corriente.
- Terapias del movimiento que incluyen ejercicios de estiramiento muscular.
- Acupuntura, con inyecciones en los puntos donde se localiza el dolor, ayudan notablemente para aliviar los dolores localizados intensos.
- Quiropráctica.
Deporte
Realizar deporte, es una recomendación para todas las personas, aunque estén sanas. Pero, para las personas que padecen de este síndrome es particularmente recomendado practicar ejercicio físico aeróbico, teniendo cuidado de seguir las instrucciones de un especialista para realizarlo gradual y progresivamente, pero con constancia. Una de las prácticas más recomendadas, es la terapia con ejercicios en piscina y la hidroterapia, que hasta el momento, han demostrado gran eficacia para mejorar la condición física de los pacientes.
Es importante tener en cuenta, que las personas que no tienen el hábito de realizar ejercicio, deben ser muy cuidadosas y comenzar muy lentamente.
En todo caso, la recomendación es acudir a un terapeuta físico, para organizar un plan que se ajuste a las necesidades particulares de cada paciente.
Realizar ejercicio físico para fortalecer los músculos, ha resultado ser una de las medidas más eficaces en el tratamiento de la enfermedad.
Cambios de estilo de vida
Cuando se padece de una enfermedad como esta, necesariamente hay que realizar cambios en el estilo de vida al que estamos acostumbrados, así que hay ciertos aspectos en los que hay que enfocarse:
- Tratar de dormir bien, para ello, es necesario acondicionar el lugar donde duermes, en la medida de lo posible, no estar expuesto a temperaturas extremas, aislar los ruidos y mantener luces tenues. Y, por supuesto, tener una cama cómoda, con una almohada baja y el colchón que no sea ni muy duro, ni muy blando. En fin, el conjunto debe ser lo más adecuado posible.
- Aprender a manejar el estrés, este es un punto ineludible, ya que los altos niveles de estrés empeoran la patología.
- Consumir una dieta equilibrada y saludable, este es un hábito que cualquier persona, aún con un buen estado de salud, debería tomar. Pero, en el caso de los pacientes que sufren la FM, deben ser muy cuidadosos con los alimentos que consumen, evitando los que puedan producir alteraciones en su cuerpo. También es muy importante evitar el consumo de sustancias y bebidas que tengan un efecto estimulante.
- Moderarse a la hora de realizar cualquier actividad: equilibrar la actividad con el descanso es muy importante. Para evitar que los síntomas empeoren, no se debe sobrecargar el cuerpo. Una persona con este síndrome debe aprender a conocer sus limitaciones, pero esto no implica abandonarse a llevar una vida sedentaria.
Indicación del tratamiento
Es bien sabido que cada paciente es diferente, por ello, para cada caso en particular, debe ser el médico especialista tratante quien indique el tratamiento más adecuado, así como las recomendaciones que cada uno debe seguir de acuerdo a su condición.
Los estudios y la investigación sobre la fibromialgia avanzan cada vez más rápido, por lo que auguramos, que el tratamiento más eficaz puede aparecer en un futuro no muy lejano.
Características particulares de la fibromialgia
- Esta patología consiste en un trastorno de la percepción del dolor, convirtiéndose en dolorosos los estímulos que normalmente no lo son para otras personas sanas. Por ello, se habla de una percepción anómala del dolor.
- Tal vez por la misma condición que genera desesperación, Las personas que padecen de esta enfermedad, al momento de buscar ayuda, manifiestan al médico un dolor en todo el cuerpo, mientras que, otros la describen como una quemazón y, para algunos, el dolor puede variar de acuerdo al momento del día. Aparentemente, todas estas son sensaciones psicológicas.
- Otro dato curioso de esta patología, es que, hasta el momento no existe una clasificación o tipología de la fibromialgia. Lo único que han señalado los expertos, es que los pacientes requieren de necesidades particulares en algún momento.
- Debido a que aún no se conocen con exactitud los factores que dan origen a esta enfermedad, no se pueden recomendar medidas preventivas para evitar su aparición. Lo más cercano a esta posibilidad, es un diagnóstico temprano del síndrome, en modo que se pueda aplicar un tratamiento para mejorar la evolución de la enfermedad en el paciente.
Similitud con otras enfermedades
La fibromialgia presenta características muy similares a otras enfermedades y síndromes, por lo que suele confundirse con ellos. Por ejemplo, el dolor crónico que se presenta, es similar al que se produce por las patologías articulares. Sin embargo, no está catalogada como una de estas enfermedades, ya que no ocasiona dolor ni inflamación en las articulaciones. Sus síntomas también se asemejan a los de la astenia o fatiga crónica, conocida como una enfermedad sistémica producida por intolerancia al ejercicio.
Las enfermedades que pueden confundirse con las FM y que es importante diferenciar, son: la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la polimialgia reumática, miositis, hipotiroidismo, hiperparatiroidismo, la neuropatía y otras patologías como la depresión, que incluyen trastornos afectivos.
Cuando se habla de esta enfermedad, el dolor crónico generalizado es persistente y se prolonga «durante más de tres meses». En todo caso, la FM es considerada la causa más relacionada con el dolor musculoesquelético, al punto de ser descrita como un dolor crónico que afecta el cuerpo desde los pies a la cabeza.
Prevalencia
Aunque esta patología se puede manifestar en cualquier edad y cualquier persona puede tenerla, son mucho más propensas a padecerla las personas de edades medias, comprendidas entre los 20 y los 50 años. También se ha notado que las mujeres se ven doblemente más afectadas que los hombres y, los pacientes que padecen de artritis reumatoide, lupus, espondilitis anquilosante y otras patologías autoinmunes, tienden a desarrollar este síndrome. Otro grupo que está en riesgo de sufrir la fibromialgia, son personas con familiares afectados por la enfermedad.
Se trata de una enfermedad, que a pesar de ser poco diagnosticada, afecta a una buena parte de la población de diferentes países, ubicándose aproximadamente entre un 2 y un 5 % los pacientes que la padecen.
Criterios de fibromialgia según ACR
Existen unos criterios de clasificación propuestos por el American College of Rheumatology (ACR), como orientación para que los estudios y análisis clínicos que realizan los especialistas, sean más homogéneos. Debido a la poca claridad que hay acerca de la enfermedad, estos criterios se han venido usando en los últimos tiempos, desde los años 90 cuando la ACR los puso a disposición.
Basados en estas características, para realizar un diagnóstico de fibromialgia, el paciente debe padecer un dolor generalizado, que afecte tanto el lado izquierdo como el derecho de su cuerpo, la zona de la cintura por arriba y por abajo y que tenga un dolor persistente por un periodo mayor a los 3 meses. También se habla de 18 puntos dolorosos a la presión, de los cuales por lo menos 11 deben estar presentes junto a los criterios anteriores. Con la aplicación de estos criterios, son mayores las posibilidades de diferenciar la FM de otras enfermedades reumáticas.
Los puntos dolorosos (tender points) pueden variar de acuerdo a las circunstancias y se pueden presentar en lugares diversos a los ya establecidos.
Para el año 2010 se aprobaron nuevos criterios correlacionados con los anteriores. En este caso se trata de valorar el “Índice de dolor generalizado” (IDG), basado en la cantidad de zonas del cuerpo que presentan dolor. El otro criterio tomado en cuenta para el diagnóstico, es el “Índice de severidad de los síntomas” (ISS) que corresponde a una valoración en el grado de cansancio, los síntomas cognitivos, el sueño no reparador y los síntomas somáticos generales.
En el 2011, se realizó una nueva modificación a los criterios ya establecidos, donde se permite al paciente llenar un cuestionario con los síntomas.