Para mantener nuestra salud, el sistema inmunológico produce linfocitos, un tipo de glóbulo blanco, con la única misión de proteger el cuerpo a toda costa. Cuando una enfermedad o virus ataca nuestro organismo, es natural que los valores de linfocitos decaigan exponiendo aún más el organismo a las amenazas.
Para prevenir estos riesgos es necesario conocer qué significa tener un conteo de linfocitos bajos y cómo subirlos.
Contenido
¿Por qué bajan los linfocitos en el cuerpo?
Hay numerosas razones por las cuales tenemos linfocitos bajos, desde una dieta precaria en minerales y antioxidantes, así como en factores congénitos que requieren de mayor atención.
Trastornos en la médula ósea
Los linfocitos se originan en la médula ósea, lo que quiere decir que un trastorno en esta parte del cuerpo perjudica la producción de este tipo de glóbulo blanco, colocándonos en desventaja ante los microorganismos peligrosos.
El trastorno más común en la médula ósea es la leucemia, como un tipo de cáncer bastante agresivo que acaba con la producción de glóbulos blancos y desencadena otros problemas en la salud como anemia, policitemia, entre otros.
Otro trastorno derivado de una afección de la médula ósea es la anemia aplásica, la cual es capaz de bajar los niveles de linfocitos. Entre sus síntomas se encuentran: fatiga, ritmo cardiaco irregular, infecciones frecuentes, hematomas de fácil aparición, erupciones cutáneas, sangrados prolongados en nariz o encías, dolor de cabeza y mareos.
Enfermedades neurológicas
Las enfermedades que comprometen el funcionamiento del sistema nervioso también son capaces de disminuir la producción de estos glóbulos blancos en el organismo, y por ende, afectar nuestro sistema inmunológico. Algunas de ellas son el Parkinson y la esclerosis múltiple.
Enfermedades autoinmunes
En estos casos, los linfocitos atacan las propias células del cuerpo aunque estén saludables, destruyendo así órganos y demás tejidos que estaban en perfectas condiciones. Son enfermedades raras y no poseen una cura definitiva. Algunas de estas enfermedades autoinmunes son:
- Síndrome de Sjögren
- Polimialgia reumática
- Lupus eritematoso sistémico
Otras causas para los linfocitos bajos son:
- Infecciones por bacterias
- La ingesta de algunos antipsicóticos
- Enfermedades como VIH, malaria o tuberculosis
- Insuficiencia hepática
- Tratamientos oncológicos
Debemos prestar atención a los síntomas que corresponden a cada una de estas enfermedades, porque, si bien a primera vista el descenso de linfocitos no es grave, puede cruzar valores inferiores donde el sistema inmunológico no podría recuperarse.
¿Cómo subir los valores?
Si tenemos hábitos del consumo de alcohol, detenerlo es la primera medida que debemos tomar para subir los valores de linfocitos. Si es el caso de que consumimos fármacos corticoesteroides y el médico descubre que esa es la causa de la deficiencia inmunológica, también debemos parar su ingesta inmediatamente.
Si mantenemos una dieta equilibrada, con todos los minerales y vitaminas que el cuerpo necesita para su correcto funcionamiento, este tipo de glóbulo blanco estará en su máxima potencia. Además, no olvidemos que descansar es importante y respetar las horas de sueño que exige el cuerpo.
Otras medidas que podemos tomar para subirlos son:
- Cuidar de la higiene personal.
- Lavarse las manos frecuentemente y no entrar en contacto íntimo con personas enfermas.
Si la causa de que bajen son fármacos específicos, los valores se restauran tiempo después de haber interrumpido el suministro del mismo en nuestro cuerpo. También, como método preventivo, el médico puede administrar gammaglobulina para las infecciones con deficiencia de linfocitos B.
Para aquellos pacientes con inmunodeficiencia hereditaria, el tratamiento suele ser un trasplante de células madre. Y en casos menos graves como una infección que hizo bajar los linfocitos, la administración de antivirales o antibióticos nos recuperará.