El régimen alimentario conocido como “dieta alcalina” se basa en la presunción de que, restringiendo estrictamente la ingesta a alimentos con un pH básico (alcalino) -eliminando el consumo de los alimentos ácidos-, es posible lograr mantenerse más saludable, proclamándose además que este tipo de régimen es capaz de curar o revertir ciertas enfermedades. Veamos las evidencias al respecto.
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Beneficios de la dieta alcalina
- Quienes siguen este tipo de régimen alimentario manifiestan sentirse con mayor energía vital y resistencia.
- También reportan la reducción notoria y desaparición de problemas de estreñimiento, o aquellos derivados del desequilibrio de la flora bacteriana intestinal, como el síndrome de colon irritable.
- Algunos aprecian una pérdida progresiva del sobrepeso, cuya reducción podría explicarse muchas veces como consecuencia del abandono del consumo de productos procesados ricos en azúcares y grasas saturadas.
- El consumo preferente de vegetales, granos y frutas -evitando carnes rojas, derivados lácteos y otros productos procesados- mejora el equilibrio Na/K del cuerpo, redundando en un mejor desempeño muscular (incluido el corazón), en la resistencia ósea, y podría mitigar los daños y síntomas derivados de algunas enfermedades crónicas, como la diabetes, osteoartritis, hipertensión y la tendencia a accidentes cerebrovasculares.
- La dieta alcalina produce incremento del magnesio intracelular, que es fundamental para el equilibrio de gran cantidad de sistemas enzimáticos del cuerpo, además de que mejora la activación de la vitamina D.
- En general, mejora la salud de sus adeptos, ya que debido a la ingesta de un espectro muy variado de productos de origen vegetal aporta beneficios sin producir la alteración del pH sanguíneo, ayudando también a equilibrar niveles hormonales que mantienen y mejoran la cognición y la memoria, en especial en personas de edad avanzada.
- A pesar de la restricción en la ingesta de ciertos alimentos, la dieta alcalina no prohíbe por completo el consumo de ningún grupo particular. Los menos puristas continúan el consumo de ciertos productos de origen animal que proveen algunos grupos acidificantes, pero reduciéndolo al mínimo.
- Es un régimen económicamente abordable por cualquier persona, ya que las combinaciones de alimentos pueden hacerse con base en un amplio espectro de precios del mercado.
Riesgos de la dieta alcalina
- Lo más importante de acotar es que no hay evidencia científica suficiente que apoye todos los grandes beneficios que le asignan a este régimen, y que aquellas personas que presentan alguna condición seria de salud, o traen un historial previo de problemas nutricionales, deberían consultar al médico tratante antes de adoptar este régimen.
- Como se restringe severamente la ingesta de productos cárnicos, huevos y derivados lácteos, el acceso a la cantidad adecuada de proteína que aporte amino ácidos esenciales y otros nutrientes se puede ver comprometido.
- Estas personas deben asegurarse de consumir suficiente cantidad y variedad de proteínas para suplir los requerimientos nutricionales propios de cada grupo etario. Esto es especialmente crítico en las mujeres postmenopáusicas, y en todas las personas de edad avanzada, donde la pérdida de masa muscular y densidad ósea podrían ser muy marcadas por efecto de esta dieta, y difíciles de revertir.
¿Funciona este tipo de régimen alimentario?
Los especialistas discuten que la dieta alcalina puede ser beneficiosa en algunos casos, pero que no hay suficiente investigación que respalde la mayor parte de las afirmaciones que expresan sus adeptos, y su seguimiento puede incurrir en riesgos para la salud de algunas personas.
Por otro lado, tampoco hay pruebas que apoyen que se reducen o eliminan efectivamente enfermedades crónicas, más allá de los beneficios generales que aporta el ceñirse a cualquier régimen alimentario saludable.
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