La fosfatasa alcalina es un único nombre que reúne a toda una familia de enzimas catalíticas que se encarga de mediar el desplazamiento de los grupos fosfatos en entornos alcalinos de múltiples tejidos del cuerpo, siendo particularmente activas en el hígado, los riñones, las vías biliares, los intestinos, los huesos, y muy especialmente, en la placenta de las mujeres gestantes y en los glóbulos blancos sanguíneos.
Contenido
¿Cuándo debe realizarse el análisis de la fosfatasa alcalina?
La prueba sanguínea se realiza para verificar rutinariamente la viabilidad de la función hepática y las posibles lesiones en los huesos como método de diagnóstico, o también, si los tratamientos en estos órganos lesionados -como proceso para superar algunas de sus enfermedades- están desarrollándose de manera idónea. Normalmente, se indica el análisis de la fosfatasa alcalina como prueba diagnóstica de rutina si:
- El paciente presenta dolor permanente en los huesos, deformaciones en ellos o fractura ósea atípica.
- Cansancio extremo.
- Pérdida de peso.
- Dificultad para respirar.
- Intolerancia al frío.
- Orina oscura y heces claras.
- Estreñimiento.
- Ictericia.
- Dolor en el flanco derecho del tronco y distensión mantenida del abdomen.
- Comezón generalizada.
El desarrollo de un análisis especializado de isoenzimas se indica comúnmente como complemento de la evaluación metabólica relacionada con la fosfatasa alcalina, pudiendo así evaluar de manera integral la actividad de esta enzima en los diversos tejidos.
Valores séricos normales de la fosfatasa alcalina
Los valores medidos para la fosfatasa alcalina pueden ser algo variables, y son dependientes de la edad, el sexo, y la condición general del paciente; esto se cumple especialmente en la mayor parte de los niños y de las gestantes. También pueden variar ligeramente los estándares de referencia entre laboratorio y laboratorio. La tabla de referencia para los valores normales de fosfatasa alcalina se refleja a continuación:
Adultos
- 46-120 UI/l
Niños y adolescentes
- Infantes menores de 2 años: 85 – 235 UI/l
- De 2 a 8 años: 65 – 210 UI/l
- De 9 a 15 años: 60 – 300 UI/l
- De 16 a 21 años: 30 – 200 UI/l
Los valores mas altos se presentan durante el crecimiento repentino de los niños que se produce en etapas cercanas a la adolescencia (donde la enzima se puede incrementar hasta valores de 500 UI/l); también se puede incrementar durante el embarazo, relacionado al desarrollo del bebé y a la intensa actividad metabólica que se lleva a cabo en la placenta.
Debido a las oscilaciones y situaciones fuera del patrón estandarizado que se presenta en estos casos, normalmente en ambos periodos fisiológicos no se suele solicitar con regularidad que se realice esta prueba, salvo en caso en que sea necesario verificar la actividad placentaria normal.
Desviación de los resultados normales en los valores de fosfatasa alcalina
La alteración de los resultados normalmente esperados puede incluir tanto un incremento, como una disminución de los valores normales de la fosfatasa alcalina, denominada hipofosfatasemia, que es una condición metabólica de cuidado. Esta se considera presente cuando se verifican valores de laboratorio por debajo de las 30 UI/l (Unidades Internacionales/litro).
Patologías relacionadas con los bajos niveles de fosfatasa acalina
Aunque no suele ser muy frecuente, la hipofosfatasemia es el indicador de ciertos trastornos orgánicos, tales como:
- Desnutrición y malnutrición.
- Hipofosfatasia deformante congénita (HPP; es una enfermedad que cursa con un defecto en la capacidad de mineralización de los huesos, y especialmente, los dientes).
- Anemia perniciosa (trastorno anémico congénito, derivado de la incapacidad del intestino de absorber apropiadamente vitamina B12).
- Anemia aplásica (incapacidad grave de la médula ósea de fabricar la cantidad suficiente de células sanguíneas, particularmente glóbulos rojos).
- Leucemia mieloide crónica (conocida como leucemia granulocítica crónica, es un cáncer grave en el que por una mutación espontánea ocurrida en la madurez, se pierde la función de regulación de la formación espontánea de células en la médula ósea, generando una proliferación descontrolada).
- Mielofibrosis (trastorno de la sangre que origina tejido cicatrizal en la médula ósea).
- Policitemia vera (cáncer en el que la médula ósea produce exceso de glóbulos rojos).
- Trombocitosis esencial (afección que genera desorden en la actividad de formación de plaquetas en la médula, originando hemorragias frecuentes y tendencia a trombosis).
- Consumo deficitario de Zinc.
- Déficit de Magnesio.
- Deficiencia de vitamina B6.
- Deficiencia de vitamina C (asociado al desarrollo de escorbuto).
- Déficit de ácido fólico.
- Consumo deficiente de proteínas (como en las dietas vegetarianas mal balanceadas).
- Estados inmediatamente posteriores a una cirugía del corazón, un by pass o una transfusión.
- Algunas patologías tiroideas, particularmente el hipotiroidismo.
- Cretinismo (hipotiroidismo congénito con manifestaciones crónicas, como déficit en la tasa de crecimiento, retardo en la maduración psíquica, problemas metabólicos, retraso del desarrollo intelectual).
- Acondroplasia (patología crónica, muy dolorosa, originada por calcificación prematura de huesos y cartílagos, que genera malformaciones en el desarrollo de los cartílagos y evita a los huesos crecer y desarrollar su tamaño y forma finales, originando deformaciones y sobrecalcificaciones que impiden muchas veces la movilidad).
- Diarrea severa (enteritis).
- Celiaquía.
Así como también otros factores relacionados a:
- Toxicidad y efectos secundarios de algunos medicamentos.
- Tamoxifeno
- Anticonceptivos orales
- Corticosteroides, particularmente, la prednisona
- Terapias sustitutivas para evitar la osteoporosis en la postmenopausia
Consejos de consumo para mejorar los valores de fosfatasa alcalina
La mejor forma de recuperar los valores normales de esta familia de enzimas es procurar una alimentación permanentemente balanceada, y enriquecerla con alimentos que aportan Zinc a la dieta, entre los que podemos nombrar:
- Mariscos
- Moluscos (como ostras y almejas)
- Crustáceos
- Ternera
- Cordero
- Cerdo
- Hígado de res
- Carne de aves
- Huevos
- Queso, leche y mantequilla
- Levadura de cerveza
- Chocolate negro
- Arroz integral
- Frutos secos (almendras, nueces, avellanas)
- Semillas de calabaza
- Soja cocida y tofu
- Garbanzos