Qué puedo comer con diverticulitis

Qué puedo comer con diverticulitis

La diverticulitis es una condición que afecta el sistema digestivo, causando inflamación o infección en los divertículos, pequeñas bolsas que se forman en la pared del intestino, generalmente en el colon. Si has sido diagnosticado con esta condición, es crucial prestar atención a lo que consumes, ya que ciertos alimentos pueden agravar los síntomas, mientras que otros pueden contribuir a la recuperación y prevenir futuros brotes. A continuación, explicamos cuáles son las opciones alimenticias más recomendadas para manejar y convivir con la diverticulitis.

Alimentos que debes evitar durante un brote agudo

Durante un brote agudo de diverticulitis, es esencial reducir la ingesta de ciertos alimentos que podrían irritar el intestino o empeorar la inflamación. Durante esta fase, tu sistema digestivo necesita descanso, por lo que los médicos suelen recomendar una dieta baja en fibra o incluso una dieta líquida.

  • Frutas y verduras crudas: Aunque generalmente se consideran saludables, las frutas y verduras crudas pueden ser difíciles de digerir y pueden irritar los intestinos inflamados. Es mejor evitarlas hasta que los síntomas hayan disminuido.
  • Granos enteros: El pan integral, la avena y otros granos enteros son ricos en fibra, lo cual es excelente para la salud digestiva en general, pero durante un brote de diverticulitis, esta fibra puede ser demasiado agresiva para el intestino inflamado.
  • Legumbres: Alimentos como los frijoles, lentejas y garbanzos son altos en fibra y pueden causar gases, lo que puede resultar incómodo o doloroso durante un brote.
  • Semillas y frutos secos: Las semillas y los frutos secos pueden quedarse atrapados en los divertículos y agravar la inflamación. Aunque este es un tema debatido, es mejor ser precavido durante un brote agudo.
  • Carnes rojas: Las carnes rojas son difíciles de digerir y pueden empeorar la inflamación intestinal. Opta por proteínas más ligeras durante un brote.

Alimentos recomendados durante un brote

Cuando los síntomas de la diverticulitis son más severos, una dieta líquida o baja en fibra puede ayudar a reducir la carga en el sistema digestivo y permitir que el intestino se recupere. Estos son algunos alimentos que puedes considerar:

  • Caldo claro: El caldo de pollo o de res, siempre que sea bajo en grasa, es una excelente opción para mantenerte hidratado y obtener algunos nutrientes sin sobrecargar el sistema digestivo.
  • Gelatina sin azúcar: Además de ser fácil de digerir, la gelatina puede ser una fuente de energía rápida que es suave para el intestino.
  • Té de hierbas: El té de menta o de manzanilla puede ayudar a calmar el estómago y proporcionar un poco de alivio a los síntomas digestivos.
  • Puré de manzana sin azúcar: El puré de manzana es suave y fácil de digerir, además de proporcionar algunos carbohidratos para mantener la energía.
  • Yogur natural: Si no contiene frutas o semillas, el yogur natural es una excelente fuente de probióticos, que pueden ayudar a equilibrar la flora intestinal.

Alimentos que puedes incorporar en la etapa de recuperación

A medida que los síntomas comienzan a mejorar y tu médico te da el visto bueno para reintroducir alimentos sólidos, es importante hacerlo gradualmente, comenzando con opciones que sean fáciles de digerir. Aquí te mostramos algunas sugerencias:

  • Pescado blanco: El pescado blanco, como el bacalao o la merluza, es una fuente de proteína magra que es suave para el sistema digestivo.
  • Pollo o pavo sin piel: Estas carnes blancas son menos grasas y más fáciles de digerir que las carnes rojas, lo que las convierte en una buena opción durante la recuperación.
  • Huevos cocidos: Los huevos son una excelente fuente de proteína y son muy fáciles de digerir, lo que los convierte en una buena opción durante la fase de recuperación.
  • Frutas cocidas o enlatadas: Manzanas, peras o duraznos cocidos, sin cáscara, o enlatados en su propio jugo (sin azúcar añadido), son una buena manera de reincorporar las frutas a tu dieta sin irritar el intestino.
  • Verduras cocidas: Las zanahorias, calabacines y papas cocidas son suaves para el sistema digestivo y pueden proporcionar los nutrientes necesarios sin causar molestias.
  • Arroz blanco y pasta: Estos carbohidratos simples son fáciles de digerir y pueden proporcionar energía sin agregar demasiada fibra a la dieta.

Prevención a largo plazo

Una vez que te has recuperado de un brote de diverticulitis, es crucial enfocarse en la prevención de futuros episodios. Una dieta rica en fibra puede ser beneficiosa, ya que ayuda a mantener el tránsito intestinal regular y puede prevenir la formación de nuevos divertículos o la inflamación de los existentes. Sin embargo, es importante aumentar la ingesta de fibra gradualmente para evitar molestias digestivas.

  • Frutas y verduras: Ahora que estás fuera de un brote, puedes volver a incorporar frutas y verduras crudas en tu dieta. Las fresas, manzanas con cáscara, zanahorias y brócoli son buenas opciones. Recuerda siempre masticar bien los alimentos.
  • Granos enteros: Puedes volver a introducir productos integrales como el pan de trigo integral, la avena, el arroz integral y la quinoa. Estos alimentos ayudarán a mantener tu sistema digestivo en buen estado.
  • Legumbres: Si bien durante un brote es mejor evitarlas, una vez que estés recuperado, las legumbres como los frijoles, lentejas y garbanzos pueden ser una excelente fuente de fibra.
  • Semillas y frutos secos: Aunque anteriormente se creía que las semillas y los frutos secos podrían quedar atrapados en los divertículos, estudios recientes sugieren que pueden formar parte de una dieta saludable. Almendras, nueces y semillas de chía son ricas en nutrientes y fibra.
  • Agua: Mantenerse bien hidratado es esencial cuando se sigue una dieta alta en fibra. El agua ayuda a mover la fibra a través del sistema digestivo y previene el estreñimiento, lo cual es crucial para evitar la diverticulitis.

Consideraciones finales

Vivir con diverticulitis requiere ciertos ajustes en la dieta, especialmente durante y después de un brote agudo. Identificar qué alimentos toleras mejor y cuáles podrían desencadenar síntomas es fundamental para gestionar esta condición a largo plazo. Si bien cada persona es diferente, seguir las recomendaciones mencionadas puede ayudar a reducir el riesgo de futuros episodios y mejorar tu calidad de vida. Siempre consulta a un profesional de la salud antes de hacer cambios significativos en tu dieta, para asegurar que estás tomando las mejores decisiones para tu situación particular.

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