El EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) es una terapia psicológica diseñada para tratar el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros traumas emocionales. Aunque ha ganado popularidad en los últimos años por su efectividad en muchos casos, como cualquier tratamiento, también tiene ciertos riesgos y peligros que deben considerarse antes de optar por esta técnica. Si bien muchos terapeutas y pacientes reportan resultados positivos, es importante conocer los posibles efectos adversos que pueden surgir durante o después de las sesiones de EMDR.
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Posible empeoramiento temporal de los síntomas
Uno de los peligros más comunes del EMDR es el empeoramiento temporal de los síntomas. En las primeras etapas de la terapia, es posible que los pacientes experimenten una intensificación de las emociones y de los recuerdos relacionados con el trauma. Durante las sesiones, se revisan eventos traumáticos que pueden generar una fuerte respuesta emocional, lo que lleva a que algunos pacientes sientan que sus síntomas empeoran antes de mejorar. Este proceso puede ser abrumador para algunas personas, en especial aquellas que no están preparadas emocionalmente para lidiar con el trauma que emerge.
Desencadenamiento de recuerdos reprimidos
El EMDR también puede activar recuerdos reprimidos o profundamente enterrados, lo que podría generar una experiencia psicológica muy dolorosa. Aunque para algunos pacientes esto es parte del proceso de sanación, no todas las personas están preparadas para enfrentar este tipo de revelaciones. Revivir experiencias traumáticas no solo puede causar malestar emocional, sino que también puede llevar a una sensación de descontrol o a la aparición de nuevos síntomas, como ansiedad, depresión o crisis de pánico. Es crucial que el terapeuta esté capacitado para manejar este tipo de situaciones y guiar al paciente de manera adecuada.
Dependencia emocional del terapeuta
Otra preocupación relacionada con el EMDR es la posibilidad de desarrollar una dependencia emocional del terapeuta. Debido a la naturaleza intensiva de esta terapia, los pacientes pueden sentir que dependen del terapeuta para procesar sus emociones de manera efectiva. Esta dependencia puede generar problemas a largo plazo, ya que el paciente podría volverse incapaz de manejar sus emociones sin la ayuda de un profesional. Además, en casos donde el terapeuta no tiene una formación adecuada, este vínculo emocional puede volverse problemático, afectando la objetividad y efectividad del tratamiento.
Efectos adversos en personas con ciertos trastornos
No todas las personas son candidatas ideales para el EMDR. Aquellos que padecen ciertos trastornos, como la esquizofrenia, el trastorno bipolar o problemas de salud mental severos, pueden experimentar efectos adversos significativos. Para individuos con una frágil salud mental, la reexperimentación de traumas puede ser psicológicamente dañina, ya que el proceso puede desestabilizar su estado emocional. En algunos casos, la terapia puede desencadenar una crisis mental o empeorar los síntomas de su condición.
Eficacia limitada en algunos casos
Aunque el EMDR ha sido muy elogiado por su éxito en el tratamiento de traumas, no es efectivo para todos los pacientes ni para todos los tipos de traumas. Hay estudios que sugieren que, para ciertos individuos, los efectos de esta terapia son mínimos o inexistentes. La falta de respuesta positiva puede generar frustración y desilusión en aquellos que buscan alivio. Además, no todas las personas reaccionan de la misma manera a las intervenciones basadas en el procesamiento de recuerdos traumáticos, lo que significa que el EMDR no garantiza resultados uniformes.
Sobrecarga emocional
El proceso de EMDR implica recordar y procesar experiencias traumáticas que pueden ser extremadamente agotadoras desde el punto de vista emocional. Para algunos pacientes, esto puede resultar en una sobrecarga emocional que puede durar horas o incluso días después de las sesiones. La fatiga mental, los cambios de humor, el insomnio y la sensación de agotamiento emocional son efectos secundarios que algunos pacientes reportan tras las sesiones de EMDR. Esto puede afectar su vida diaria y su capacidad para cumplir con responsabilidades personales o profesionales.
Falta de control durante las sesiones
Durante una sesión de EMDR, los pacientes son guiados a través de un proceso que involucra recordar eventos traumáticos mientras se les presentan estímulos visuales o auditivos, como movimientos oculares. Algunos pacientes han reportado que durante este proceso sienten que pierden el control de sus emociones o pensamientos. Esta pérdida de control puede generar angustia y ansiedad, lo que podría interferir en el éxito del tratamiento. Además, para algunas personas, la idea de no tener un control total sobre sus emociones puede ser aterradora, lo que podría generar resistencia a continuar con el proceso terapéutico.
Falta de regulación en la práctica del EMDR
Otro peligro que se debe considerar es la falta de regulación en la práctica del EMDR. Aunque existen programas de certificación, no todos los terapeutas que practican EMDR tienen una formación adecuada o la experiencia necesaria para manejar casos complejos. La terapia EMDR es una técnica que requiere una capacitación especializada, y si el terapeuta no está completamente capacitado, puede poner al paciente en riesgo de sufrir consecuencias emocionales negativas. Esto hace que sea crucial investigar y seleccionar un terapeuta cualificado antes de iniciar el tratamiento.
Dificultades en el seguimiento del tratamiento
Finalmente, es importante destacar que el EMDR no siempre es un tratamiento a corto plazo. Aunque algunas personas experimentan mejoras después de unas pocas sesiones, otras necesitan un seguimiento prolongado, lo que puede generar dificultades prácticas, como el coste económico o la necesidad de dedicar tiempo y esfuerzo durante un largo período. La falta de un seguimiento adecuado puede llevar a recaídas en los síntomas o a una interrupción del proceso de sanación.
En resumen, si bien el EMDR puede ser una herramienta útil para muchas personas que buscan superar traumas, también conlleva ciertos riesgos que deben ser evaluados cuidadosamente. Es fundamental contar con un terapeuta cualificado y tener en cuenta los posibles efectos adversos para evitar consecuencias negativas en la salud emocional y mental del paciente.