Para la mayoría de las personas, las venas varicosas no suelen presentar ninguna clase de síntoma evidente más allá de representar un problema estético. Sin embargo, las varices también pueden causar serias incomodidades como inflamaciones, dolores, calambres, sensación de pesadez, hormigueo y, en ocasiones extremas, se pueden producir úlceras.
Las várices son un padecimiento bastante común en las personas que trabajan durante largas jornadas de pie y en quienes padecen de sobrepeso. Se producen a causa de debilidades y lesiones en las venas, haciendo que la sangre se acumule durante su recorrido a lo largo del cuerpo. Cuando esto sucede, las venas tienden a agrandarse y retorcerse por falta de espacio.
Llegado a este punto, la circulación normal se ve interrumpida, las válvulas se deforman y las paredes arteriales se dilatan, la sangre se acumula, las venas se retuercen y comienzan a desarrollarse las molestias antes descritas. Es entonces cuando las personas que padecen estos síntomas comienzan a tomar más en serio el padecimiento e intentan corregir la situación.
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5 consejos que te ayudarán a mejorar la circulación de las piernas
La insuficiencia venosa afecta tanto a hombres como mujeres, aunque la tasa de incidencia se produce mayormente en el género femenino. Mejorar la circulación de las piernas es fundamental para evitar el desarrollo de várices y los molestos síntomas de este padecimiento. Aquí hemos recopilado una serie de consejos que te ayudarán a mejorar la circulación en tus extremidades inferiores.
Ejercita tus piernas
Las várices se producen cuando la sangre deja de fluir correctamente hacia el corazón. En las piernas, la sangre debe luchar contra la gravedad para cumplir con su recorrido; cuando pasamos largas jornadas de pie o sentados, estamos colaborando en agravar el problema. ¿Qué podemos hacer el respecto? Un poco de ejercicio puede ayudarnos.
Hay diferentes ejercicios bastante útiles para mejorar la circulación en las piernas. Por ejemplo, sentados en una silla con la espalda recta, nos apoyamos sobre las puntas de los pies, elevando y bajando los talones suavemente. Podemos repetir este movimiento unas 20 veces. Otra opción sería comenzar en la misma posición y luego elevar las piernas, apoyándolas sobre un taburete.
Es importante evitar el sedentarismo y dar movimiento a las extremidades inferiores todos los días, favoreciendo el flujo sanguíneo y evitando el desarrollo de este problema.
Masajes diarios
Un buen masaje en las piernas cada día, al llegar a casa, es una de las formas más simples de mejorar la circulación. Los masajes linfáticos activan la circulación de la linfa, evitando la acumulación de desechos y gérmenes que causan daño a la salud. Cuando añadimos un gel frío con cualidades específicas, podemos generar un efecto calmante mientras evitamos el desarrollo de várices.
Para esta clase de masajes la mejor alternativa es aplicar una crema o gel especialmente diseñado para estos casos, como por ejemplo Venosmil, un venotónico capaz de devolver la tonificación a las paredes de las venas, reducir su inflamación y disminuir los síntomas de las várices. Su uso continuado es una de las formas de prevención más eficiente de las cuales disponemos en la actualidad y podemos adquirir este producto con mucha facilidad.
Accediendo a su web https://venosmil.com/ podemos encontrar más información de esta línea de productos para reducir las várices, junto a una serie artículos relacionados con la salud de las venas y prevención de las enfermedades circulatorias muy interesantes.
Utiliza medias terapéuticas o medias de compresión
Las medias terapéuticas son utilizadas de forma frecuente por los deportistas de alto rendimiento, como ciclistas y maratonistas. Estos, después de los entrenamientos y competiciones, suelen padecer calambres causados por fallos circulatorios relacionados con el uso intenso de la musculatura de las extremidades inferiores.
Con las medias de compresión se aplica cierto grado de presión sobre las piernas, lo cual ayuda a que la sangre fluya correctamente a la parte superior del cuerpo venciendo la gravedad. Al no retenerse la sangre en las extremidades inferiores, se reduce la posibilidad de sufrir calambres, adormecimiento de las piernas y otros síntomas típicos de la mala circulación.
Esto es ideal para las personas que permanecen largas jornadas de pie o sentadas y que luego notan las piernas cansadas cuando llega la hora de acostarse para dormir.
Hidratación constante y dieta baja en sal
La deshidratación puede causar retención de líquidos en las extremidades, algo que ocasiona problemas en la circulación correcta de la sangre al corazón. Consumir agua constantemente a lo largo del día evitará que el cuerpo se deshidrate y acumule líquidos para frenar el proceso, siendo una de las formas más simples de mejorar la circulación de las piernas.
Además, la dieta que se siga ha de ser baja en sal. El sodio es un elemento presente en la sal y es responsable de la retención de líquidos a nivel celular. Cuando una persona consume una dieta alta en sal, el sodio se eleva, al igual que la cantidad de líquido que se almacena en los tejidos, especialmente en las extremidades inferiores por acción de la gravedad.
Lo anterior será causa de que la circulación se interrumpa y comiencen a desarrollarse várices o que la insuficiencia venosa se agrave.
Evita el calor excesivo
Las altas temperaturas tienen la capacidad de producir la dilatación de las venas, lo cual impide que la sangre circule con normalidad. Esa es una de las razones por las cuales solemos tener molestas en las piernas después de un día en la playa, cuando hemos recibido muchas horas de sol directo sobre las extremidades inferiores.
Aquellas personas que reciben calor constante en forma de radiación directa sobre sus piernas, notarán la aparición de varices y molestias relacionadas. Es importante evitar esto lo máximo posible. Además, es bueno contrarrestar este efecto durante la ducha, refrescando las piernas unos minutos con agua fría para favorecer la desinflamación de las pareces de las venas.
También es bastante usual que las molestias aparezcan o aumenten durante el verano y disminuyan en invierno. En este punto, las cremas de efecto frío son de gran utilidad para reducir el efecto nocivo del calor excesivo.