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El secreto está en lo que comes sin darte cuenta
Si te sientes más cansado de lo normal, te dan calambres sin venir a cuento o notas que tu energía se va como el agua entre los dedos, quizá no estés mirando al lugar correcto: tu alimentación. El cuerpo tiene su propio sistema de alertas y, a menudo, nos pide algo que no siempre sabemos identificar. Los alimentos ricos en magnesio y potasio son como una batería interna que regula funciones esenciales, desde la contracción muscular hasta el estado de ánimo. Además, no hace falta volverse loco con suplementos: estos alimentos están más cerca de lo que crees.
Qué función tienen el magnesio y el potasio en tu cuerpo
Magnesio: el mineral tranquilo
Este micronutriente es como un pequeño regulador silencioso. Ayuda a que los músculos no se contraigan cuando no toca, mantiene el ritmo cardíaco estable y está muy implicado en la salud de los huesos y el sistema nervioso. También es clave en la producción de energía celular. Si te notas más irritable o con fatiga mental, puede que tengas una pequeña carencia sin saberlo.
Potasio: equilibrio y fuerza interior
El potasio, por su parte, es el encargado de mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo y asegura que los impulsos eléctricos que mueven músculos y neuronas se transmitan correctamente. Es especialmente importante si haces ejercicio o sudas con frecuencia, ya que se pierde fácilmente a través del sudor. No reponerlo a tiempo puede dar lugar a debilidad muscular, fatiga e incluso arritmias leves.
Alimentos que te ayudan a mantener niveles óptimos
Dónde encontrar estas joyas nutricionales
No hace falta ir a buscar ingredientes exóticos ni romper la hucha. Muchos alimentos con magnesio y potasio están en la despensa de cualquier casa, solo hay que darles protagonismo:
- Plátanos: son una fuente rápida y práctica de potasio, ideales tras entrenar o para arrancar el día con energía.
- Espinacas: no solo tienen hierro, sino que también tienen magnesio y potasio en cantidades considerables y son perfectas para platos calientes o ensaladas.
- Legumbres: las lentejas, alubias, garbanzos… son versátiles, saciantes y auténticas minas de minerales.
- Frutos secos: las almendras y anacardos, por ejemplo, son aliados potentes si se toman en su justa medida.
- Aguacates: tienen grasas saludables y aportan potasio, además de una sensación de saciedad muy útil si estás cuidando tu alimentación.
- Chocolate negro: con moderación, puede ser un gran aporte de magnesio, ideal como capricho saludable.
Consejos prácticos para no olvidar estos nutrientes
Una forma sencilla de no dejar de lado estos minerales es combinar alimentos ricos en magnesio y potasio en una misma comida. Por ejemplo, una ensalada de espinacas con aguacate y almendras o un bol de yogur natural con plátano y unas nueces. Si además reduces el consumo de productos ultraprocesados y optas por platos más naturales, tu cuerpo lo va a notar desde el primer momento.
Una alimentación rica en magnesio y potasio no es una moda ni una exigencia de gurús de la nutrición. Es una manera de reconectar con lo esencial y de volver a escuchar lo que el cuerpo necesita sin filtros ni complicaciones.